Si estás leyendo esto, probablemente ya sabes cómo se siente.
Tal vez llevas noches preguntándote si aún te desea.
Tal vez te sientes invisible en tu propia relación.
Y quizás, como yo, has visto esa frustración silenciosa en su rostro… cuando cree que no le estás mirando.
Yo también esperé. Esperé a que las cosas mejoraran solas. Pero no lo hacen. Porque a veces, él solo necesita una ayuda silenciosa, sin juicios ni reproches. Y si no se atreve a pedirla, tal vez tú tengas que dar el primer paso.
Haz lo que yo hice: devuélvele la confianza sin hacerle sentir que algo va mal. Hazle sentir de nuevo como el hombre que siempre fue. Y verás cómo eso os transforma a los dos.